jueves, diciembre 17, 2009

Nocturno

Esta es la noche.
Me ve arrastrar los pies
-un zorro famélico-.

La hierba susurra; cantan a los gritos
algunas estrellas.
Espero.
Se huelen los aullidos.
Nubes en los párpados,
Me enceguezco.

Un murmullo seco,
el perfume metálico
de sangre en los dedos.
Corre un secreto azul,
silencio.

De entre los árboles nace
polvo naranja, un velo.
No encuentro tu silueta.
Siento:
Ruido a lo que vibra,
ternura torpe,
perfume al sismo.
Te respiro.
Corre una brisa
y al oído,
me cuenta.
Horas inciertas, reconozco
tus manos. Tiemblo.

La marea repite tu nombre.
Cae en el pasto.
Lo aprendo.
En tu piel se esconde
el sueño de un conejo
-ya todo es celeste-.
Te miro,
duermo.