miércoles, junio 21, 2006

3

miro el techo, las paredes, la ventana cerrada, el humo en el aire que me marea y me da nauseas. no están vivos estos muros, y no hay escapatoria. no quiero estar acá, no puedo salir tampoco. las calles podrían comerme de un momento a otro.

un cigarrillo que se consume lentamente da lugar al próximo y yo siento que ya no puedo ni siquiera respirar.
sé que no vas a volver, ¿entonces por qué te espero todavía?
me gustaría despertarme con tu voz en la puerta, por lo menos con el sonido de tus nudillos sobre la vieja madera. pero no va a suceder. no en esta vida.
somos muy jóvenes y demasiado orgullosos.

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