jueves, julio 06, 2006

sintitulo

Te extiendo la mano; frágil, blanca.
Tímidamente me recuesto a tu lado,
te muestro mi alma.
Brillo, incandescente, y te dejo mirarme.

Vos decidís darte la vuelta y cantar tu propia canción.

Te muestro mis alas; pequeñas, livianas.
Quizá por envidia, quizá por disgusto,
las arrancás con saña.
Me dejás sangrando en el piso.

Y allí me sujetas entre tus brazos,
y jurás protegerme de todos los males del mundo.

Yo seco mis lágrimas, confío en tu palabra,
e intento acercarme a tus labios.

Vos decidís darte la vuelta y cantar tu propia canción.

No hay comentarios.: