Quisiera rasgar, a veces, invisible
Los pliegues de tus yemas.
Mirar, saber,
Los ensayos de tu roce.
Cuando duermes
Intento arrancar el lienzo que te cubre
Siento mis manos perderse
En tu rostro que no mira.
Golpeo puertas lejanas,
Oleaje sinuoso, lleno de arena.
Pero no me acerco,
Quizá todo se enfríe.
Me aferro a tu máscara,
La lloro una vez muerta.
Tus ojos no perciben,
Se los comió la noche.
No estoy desnuda,
Mas no soy más que acaso
Una extraña.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario